Las plataformas digitales de trabajo ofrecen a los jóvenes refugiados una posible vía hacia el trabajo decente.
La economía digital puede proporcionar oportunidades de empleo para muchos jóvenes refugiados, sin embargo garantizar que sus condiciones de trabajo sean decentes precisará de nuevos modos de pensar y actuar, señala un nuevo informe de la OIT.
El informe Towards decent work for young refugees and host communities in the digital platform economy in Africa: Kenya, Uganda, Egypt (Hacia el trabajo decente para los jóvenes refugiados y las comunidades de acogida en la economía de las plataformas en África: Kenia, Uganda, Egipto) constata que el trabajo en la economía digital tiene el potencial de generar ingresos para los refugiados. Puesto que, con frecuencia, tienen dificultades para entrar en los mercados de trabajo locales, los refugiados podrían recurrir a relevantes plataformas digitales como Junia o Upwork, a falta de oportunidades de medios de subsistencia locales.
Sin embargo, hay dos grandes preocupaciones relacionadas con el trabajo de los refugiados en las plataformas digitales: los déficits de trabajo decente y la falta de conexión. Kenia, Uganda y Egipto, los tres países estudiados en el informe, han invertido mucho en la economía digital y han adoptado estrategias para incrementar el acceso digital. No obstante, en 2020 sólo 22,5 por ciento de la población de Kenia utilizaba Internet, frente a 57 por ciento en Egipto y 24 en Uganda.
A nivel mundial, si bien 93 por ciento de los refugiados tienen cobertura de al menos una red 2G, ellos tienen 50 por ciento menos posibilidades que la población en general de tener un teléfono móvil con conexión a Internet. Para los jóvenes refugiados, el acceso es aún más limitado.
Otros importantes desafíos incluyen las dificultades para obtener un permiso de trabajo, la inestabilidad del suministro eléctrico y de la conexión a Internet, la falta de acceso a equipos y programas adecuados o a sistemas de pago digital.
“La distribución dispar de la conexión a Internet, las desigualdades en las competencias digitales y en la alfabetización informática, junto a los obstáculos específicos que numerosas poblaciones de refugiados enfrentan para acceder a las economías digitales y al trabajo digital decente hacen que sea difícil postularse para estos empleos”, declaró Andreas Hackl, autor del informe. “Sin una acción coordinada, la economía digital puede agravar las desigualdades económicas y sociales profundamente arraigadas que rigen las vidas de los jóvenes refugiados”.
A fin de facilitar el acceso de los refugiados a la economía digital se han puesto en marcha diversas iniciativas. Las organizaciones intermediarias, como las plataformas de trabajo de impacto social, ofrecen redistribuir las oportunidades de trabajo entre los refugiados y negociar tarifas y condiciones con las plataformas en su nombre.
Ejemplos de formación en las tecnologías digitales, como las escuelas de programación, los campos de entrenamiento y la educación y formación técnica y profesional digital han sido establecidos en el campo Kakuma en Kenia, el asentamiento Bidi Bidi en Uganda y en ciudades que albergan un gran número de refugiados, como El Cairo.
El informe contiene algunas recomendaciones para promover el trabajo digital entre los refugiados jóvenes:
Mejorar el acceso de los refugiados a Internet y a sus dimensiones económicas y sociales relacionadas.
Intensificar los esfuerzos para desarrollar una diversidad de competencias digitales entre los jóvenes que incrementen su empleabilidad en un futuro del trabajo digitalizado y, al mismo tiempo, colaborar con los empleadores y los sectores económicos pertinentes para hacer corresponder las competencias con las demandas a través de instituciones de trabajo más sólidas dedicadas a las poblaciones de refugiados.
Apoyar a los empleadores remotos de refugiados con asistencia financiera y técnica – incluidas las empresas sociales y las plataformas de trabajo de impacto social – y promover estrategias de formalización de manera de obtener mejores condiciones de salario y de trabajo para sus empleados o los trabajadores autónomos.
Mejorar el diálogo social relacionado con el trabajo digital, el cual está prácticamente ausente en las situaciones de acogida de refugiados, gracias al acceso de las organizaciones de trabajadores y empleadores a los trabajadores en los campos de refugiados.
Abordar específicamente las barreras y los obstáculos a los medios de vida digitales planteados por los sistemas jurídicos y políticos de los refugiados a través del apoyo político y el asesoramiento político de alto nivel.
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