Los incidentes de seguridad que afectan a las organizaciones de socorro se han multiplicado por diez de 2001 a la fecha. El titular de la ONU urge al Consejo de Seguridad a tomar medidas firmes para que se concrete la protección a los civiles y a los trabajadores humanitarios; en el evento participó el Canciller Marcelo Ebrard.
La comunidad internacional debe a las agencias de ayuda humanitaria y al personal sanitario y humanitario su apoyo total e inquebrantable en su difícil y peligroso trabajo, dijo este viernes la vicesecretaria general de las Naciones Unidas, Amina Mohammed.
En una sesión ministerial del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Protección de Civiles y Preservación del Espacio Humanitario, la alta funcionaria señaló que en lo que va de este año, la Organización Mundial de la Salud ha registrado 568 incidentes que perjudicaron los servicios de atención médica en 14 zonas de conflicto, dando como resultado la muerte de 114 trabajadores sanitarios y pacientes.
Detalló que esos ataques han incluido tiroteos, bombardeos, amenazas, retiro de equipo y militarización de instalaciones médicas.
La vicesecretaria general destacó que en los cinco años que han transcurrido desde la resolución del Consejo que pide el fin de la impunidad para ese tipo de ataques, los trabajadores sanitarios y los pacientes han sufrido miles de ataques.
Mohammed, que participó en la reunión representando al Secretario General António Guterres, subrayó que los incidentes de seguridad que afectan a las organizaciones humanitarias se han multiplicado por diez a partir de 2001, presentándose en modalidades como agresiones físicas y sexuales, secuestros y redadas.
“Nos encontramos frente a una terrible escalada de las crisis humanitarias en el mundo. Los civiles en zonas de conflicto están pagando el precio más alto”, alertó, y añadió que cada vez es más difícil proporcionar la ayuda humanitaria que necesitan desesperadamente millones de personas.
Medidas urgentes
Este panorama requiere que el Consejo de Seguridad “tome medidas firmes e inmediatas para que se cumplan sus numerosas resoluciones sobre la protección de civiles y trabajadores de salud y humanitarios, así como del espacio humanitario”, urgió Mohammed en nombre del Secretario General.
“El Consejo de Seguridad tiene la responsabilidad de hacer todo lo que esté a su alcance para poner fin a los ataques contra el personal y los bienes humanitarios; asegurar y promover el respeto del derecho internacional humanitario; y buscar la rendición de cuentas por violaciones graves, de conformidad con numerosas resoluciones sobre la protección de civiles, atención médica y personal humanitario y de las Naciones Unidas”, puntualizó.
Recordó que la comunidad humanitaria enfrenta mayores riesgos y dificultades con el paso del tiempo para hacer su trabajo.
Impedimentos gubernamentales
La vicesecretaria se refirió a las negociaciones de los organismos de ayuda de la ONU con gobiernos o partes en conflicto que muchas veces socavan o rechazan su labor.
“Todos estamos muy familiarizados con muchas de las estrategias que utilizan, desde las restricciones a los movimientos de personal y suministros humanitarios hasta trámites larguísimos de visado y aduanas, retrasos en los puestos de control, y altos impuestos y tasas sobre los suministros humanitarios”, apuntó.
Es verdad que los gobiernos pueden crear sistemas en torno a la entrega de ayuda humanitaria, pero es esencial que estos sistemas apoyen la asistencia en lugar de bloquearla, agregó, arguyendo a algunas leyes antiterroristas que tipifican como delito las actividades humanitarias y médicas.
Terrorismo
Mohammed reconoció que todos los países tienen que actuar contra el terrorismo, pero recalcó que también tienen la responsabilidad de asegurarse de que sus esfuerzos contra ese problema no dañen las operaciones humanitarias.
En este sentido, lamentó que cada vez haya más intentos gubernamentales de interferir en la selección de beneficiarios de la ayuda humanitaria y que aumenten las presiones sobre las organizaciones que negocian con grupos armados no estatales, y aclaró que estas negociaciones son esenciales para las operaciones de asistencia imparciales.
Advirtió que estas prácticas politizan la acción humanitaria, erosionan la confianza de las comunidades y las partes en conflicto y reducen la capacidad de las organizaciones humanitarias para entregar ayuda.
“Preservar el espacio humanitario requiere que no borremos las líneas entre operaciones militares, objetivos políticos y esfuerzos humanitarios”, recalcó.
Labor encomiable
No obstante estas dificultades, la infatigable labor del personal humanitario de la ONU y sus socios sigue adelante y llega a más rápido a más gente que nunca. “Las agencias humanitarias y sus donantes merecen un crédito enorme por eso”, acotó.
La vicesecretaria destacó que aun así, las necesidades humanitarias se han exacerbado con la pandemia de COVID-19 y superan la capacidad que se tiene para satisfacerlas, por lo que solicitó al entrante coordinador de Asuntos Humanitarios de la ONU que nombre un asesor especial sobre la preservación del espacio y el acceso humanitarios y que fortalezca las negociaciones humanitarias en este contexto.
Puntos de acción
Para ampliar la asistencia humanitaria y proteger a los trabajadores de auxilio, el Secretario General delineó varios puntos de acción:
Hacer uso de las herramientas disponibles dentro y fuera del Consejo de Seguridad para propiciar un mayor respeto de las leyes humanitarias internacionales.
Investigar los ataques al personal e infraestructuras humanitarias y enjuiciar a los responsables para evitar más agresiones. (Cuando las autoridades nacionales no puedan o no estén dispuestas a hacerlo, la comunidad internacional o el Consejo de Seguridad deben usar los mecanismos disponibles.)
Los gobiernos deben respetar la capacidad de las organizaciones humanitarias de negociar con todas las partes en conflicto, incluidos los grupos armados no estatales.
Las medidas antiterroristas deben contar con provisiones claras para proteger el espacio humanitario, minimizar el impacto de las operaciones humanitarias y garantizar que no se agreda al personal sanitario y humanitario.
El Consejo de Seguridad debe usar su influencia para garantizar que los ataques a escuelas y hospitales cesen de inmediato y que su personal sea protegido. La emergencia sanitaria debida al COVID-19 hace más crucial que nunca la protección de las instalaciones médicas y de sus trabajadores.
La sesión del Consejo de Seguridad contó con la presencia de los ministros de Asuntos Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian; México, Marcelo Ebrard Casubon; Kenya, Raychelle Omamo; Túnez, Othman Jeandi; e India, Harsh Vardhan Shringla.
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