Hallados durante obras de mejoramiento urbano, habrían sido abandonados a finales del siglo XIX, cuando la localidad fue despoblada tras la Guerra de Castas
Vestigios relacionados con el Templo de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, erigido en tiempos virreinales, así como con un destacamento militar que habría sido usado durante la Guerra Social Maya o Guerra de Castas, fueron descubiertos por especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en la población de Pisté.
Los hallazgos, suscitados durante obras de mejoramiento urbano en el centro de la localidad, cuyo rescate arqueológico está a cargo de los investigadores de la Sección de Arqueología del Centro INAH Yucatán, José Francisco Osorio León y Francisco Pérez Ruiz, han permitido el registro detallado de los cimientos de ambas construcciones, la cuales fueron abandonadas hacia finales del siglo XIX, a causa del citado conflicto armado.
Si bien los cimientos del templo ya habían sido reportados en 2010, no se habían concluido excavaciones en ellos hasta ahora. La evidencia hallada consiste en restos de muros y contrafuertes, entierros humanos de época virreinal, lápidas funerarias y elementos prehispánicos asociados a un templo levantado por los franciscanos en 1619, bajo la advocación de San Juan Bautista, pero que hacia 1754 fue consagrado por fray Miguel Leal de las Alas a Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción.
De acuerdo con ambos arqueólogos, el templo habría servido de referencia para la edificación de la actual capilla de Pisté, bendecida por el entonces arzobispo de Yucatán, Martín Tritschler y Córdova, el 12 de marzo de 1908.
Respecto al destacamento militar, señalan que este se levantó dentro del atrio del templo primigenio, con el fin de usarse como centro de control durante la Guerra Social Maya, librada entre 1847 y 1901.
“Estos vestigios –comentan– dan cuenta de la existencia de actividades de control militar contra los mayas del cacicazgo de los Cupul, el cual se enfrentó contra el poder colonial para la abolición de la explotación de los indígenas, situación que pudo haber sido una de las causas del abandono del antiguo Pisté”.
Cabe mencionar que del destacamento militar también dieron cuenta, en la segunda mitad del siglo XIX, exploradores extranjeros que visitaron Chichén Itzá, entre ellos el francés Claude Désiré Charnay y los británicos Augustus Le Plongeon y Alfred Maudslay, quienes lo registraron en sus anotaciones, toda vez que Pisté era desde entonces la puerta de entrada a esta zona arqueológica yucateca.
“A través de las lentes de sus daguerrotipos, algunos de estos exploradores captaron imágenes que ahora resurgen mostrándonos una de las iglesias más antiguas de esta región de México; gracias a ese tipo de documentación hoy contamos con imágenes fotográficas de las mismas áreas que estamos excavando”, agregan los arqueólogos.
Por último, el antropólogo Eduardo López Calzada señala que la importancia de las tareas de salvamento arqueológico en el centro de la localidad de Pisté, radica en que no solo permite recuperar importante material arqueológico, sino también reescribir la historia y reconocer la lucha emprendida por pobladores indígenas yucatecos para el reconocimiento de sus derechos.
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